Sony Ericsson Live View.El chivato de tu Android


¿Alguna vez habéis visto en los dibujos, cuando llevaban un reloj mágico, con el que podían comunicarse, pedir ayuda, estar informados de todo?


Hoy en día es raro que nos sorprenda ningún gadget nuevo, hemos visto de todo...pero ahora, ante el bombardeo de tecnología que tenemos los consumidores por todos lados, los fabricantes se ven en la tesitura de, además de que el producto lidere en calidad , sea capaz de combinar la productividad que nos aporta el artilugio y conservar un buen diseño.


Éste es un paso más en el control de dispositivos con Android, parecido al RemoteDroid , pero en vez de controlar el ordenador, vamos a estar informados de todo lo que ocurre en nuestro móvil Android







Algo parecido ha lanzado Sony Ericsson.
Se trata de un artilugio con el que podemos tener el control total sobre nuestro Android, a una distancia equivalente a la que soporta el bluetooth, de unos diez metros.La pantalla es de 1,3 pulgadas, y la resolución es de 128x128 pixels.
En principio, el funcionamiento es sencillo.Se sincroniza con el terminal Android mediante bluetooth, e inmediatamente obtienes todas las notificaciones que tengas en el móvil, tanto de redes sociales(Twitter, Facebook), como llamadas, mensajes...incluso hasta lector RSS.
En el caso de la música, el LiveView serviría también para controlar el reproductor de música(la verdad que el dispositivo se le trae un aire al último iPod nano).
El dispositivo cuenta con la capacidad de adaptarse a la muñeca, como si de un reloj se tratase.Si es como el iPod nano, se le podría poner de fondo un reloj, y mientras no hayan notificaciones, hace de reloj de muñeca, pero que seguro no deja indiferente a quien vea sus potencialidades.
Es compatible con versiones superiores a Android 2.0, aunque Sony Ericsson afirma que es compatible con Xperia, a pesar de seguir anclada en el pasado con su Donut(1.6).
Os dejo un vídeo dónde lo podéis ver en su esplendor:


Por lo visto, la autonomía después de una carga completa, es de unos cuatro días, que no está del todo mal, aunque depende de la batalla que se le dé.

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